domingo, 18 de diciembre de 2011

Galletas de mantequilla

Este sábado pasado vino un pequeño caleidoscopio de visita, mi prima pequeña. Teníamos un plan de chicas: hacer galletas decoradas con chocolate y merendar con nuestra familia, algo muy apetecible cuando viene el frío del invierno y la cocina queda calentita con el horno.... Lo pasamos muy bien cortando las galletas, mirando a ver con qué mini formas – trajo unos cortadores chiquitines que eran muy graciosos- aprovechábamos los huecos que dejaban las galletas grandes… fue muy divertido, la verdad. Nunca había “cocinado” con ella y fue una experiencia diferente y descubrí que es cierto aquello de que a los niños les gusta la cocina y mancharse de harina.

¡Ah! Y tenía, literalmente, mariposas en el estómago porque uno de los cortadores tenía esta forma e hicimos muchas, muchísimas. Y como son tan “monas” pues me zampé un montón.

Me metí bastante temprano en la cocina para preparar la masa para la tarde cuando viniera y es que, no sé por qué, ya me suponía que era bastante entretenida. Así fue. Aunque supongo que el hecho de que mi batidora sea bastante vieja también ayuda ya que acabé amasando a mano, pero como así es como se ha hecho toda la vida pues… más artesanales las galletas. No es para nada difícil pero es laboriosa y entretenida. Además, hay que tener tiempo por aquello de que hay que dejar enfriar la masa en la nevera.

Cuando por fin estaban ya horneadas decidimos decorarlas con chocolate blanco y con leche. Lo derretí, lo metí en los biberones y hasta ahí todo bien pero el problema empezó cuando ya habíamos decorado dos o tres… el chocolate empezó a ponerse muy duro y ya no salía por las boquillas… así que ahora estoy buscando algún método, o algo que se le añada al chocolate, que haga que no espese pronto pero que al final se haga duro… ¡Con lo bonitas que nos estaban quedado! Los patitos con ojitos y alitas, las flores con el centro de chocolate blanco… Mi idea era decorar las grandes con dibujos navideños, pero otra vez será. ¿Sabe alguien algún truco para evitar que se enfríe tan pronto el chocolate? Aparte de hacer esto en el mes de agosto, claro.

Las foto las hice conforme las sacaba del horno porque ella se llevó una buena parte y nos comimos otra… si otro día hago más ya actualizaré esta entrada con ellas.

La receta es la archiconocida del El rincón de Bea aunque la modifiqué un poco poniendo algo menos de harina, un poquito más de leche... pero ningún cambio relevante ya que, al ser la primera vez, no me la quería jugar. Supongo que, más adelante, conforme adquiera experiencia iré atreviéndome con variaciones en recetas.

INGREDIENTES

250 gr. mantequilla a temperatura ambiente

250 gr. azúcar glass

· 1 huevo XL a temperatura ambiente (¡Por fin puedo usar “mis” huevos!)

· 600 gr. harina tamizada

· 1 chorrito de leche para ligar la masa (en mi caso el equivalente a unas 6 o 7 cucharadas soperas)

· 1 cucharada sopera de extracto de vainilla (puede ser cualquier otro aroma)

(Blogger va fatal y hace lo que le da la gana con el tamaño y la tipografía)


PREPARACIÓN.

1. Batimos la mantequilla un par de minutos a velocidad media (en mi batidora) y vamos bajando lo que quede en las paredes con una cuchara hasta que quede esponjosa y suave.

2. Bajar la velocidad al mínimo y añadir poco a poco el azúcar glacé tamizado hasta que se integre bien, si hace falta despegamos lo que quede pegado al bol para que se integre todo bien, cosa que tardará un poco. Subimos la velocidad otra vez a “medio” y batimos, esto durará unos 3 minutos como mucho y la “masa” debe haber blanqueado, aumentado de volumen y estar esponjosa.

3. Bajamos de nuevo la velocidad al mínimo e incorporamos la esencia y el huevo ligeramente batido poco a poco y batimos hasta que haya se haya mezclado bien.

4. Ahora, a la velocidad más baja posible (o eso indica Bea en su blog), la mía es el mínimo porque mi batidora solo tiene 3 velocidades vamos añadiendo la harina a cucharadas (yo cambié las varillas por las de amasar). Cuando vamos llegando al final de la cantidad de harina se quedará la masa como si fueran migas, es entonces cuando añadimos el chorrito de leche (unas 3 cucharadas, 6 en mi caso). Si es necesario terminamos de amasar a mano como en mi caso.

5. Hacemos una bola con la masa, la partimos en 4 y estiramos (entre los papeles de horno, por ejemplo) cada uno de ellos por separado. Una vez estirada, lo llevamos a la nevera para que endurezca, nos sea más fácil cortar las galletas y no pierdan la forma al hornearlas (aunque también podemos, una vez cortada, llevar la bandeja unos 10-15 minutos más a la nevera).

Al igual que con la masa de las galletas para pistola he probado a congelar una parte de esta a ver qué tal queda para próximas hornadas.

NOTA: con respecto a la harina, yo use 50 gramos menos que la receta original y el doble de leche, y me gustó mucho la textura con la que salieron las galletas, así que supongo que, si las vuelvo a hacer, pondré estas mismas cantidades.

HORNEADO: en mi caso 8 minutos a 160-170º las grandes, 5 minutos las pequeñas (que eran diminutas). Probablemente en vuestro caso sean unos minutos más a 180 pero… ¡Cada horno es un mundo!


Me gustaron bastante estas galletas, sobre todo la textura tan crujiente que tienen, aunque, la verdad, prefiero las de la pistola, me gusta más su sabor, más intenso a mantequilla. Cuando pasan un par de días están mejor que recién hechas porque los sabores son más intensos y, contrariamente a lo que esperaba, están más “duritas”.

Creo que voy a probar con las cookies, que me gustan mucho en general, y me encantaría conseguir algún día la textura de unas que preparan en unas franquicias que hay en las estaciones de tren principales de Londres que, además de unos helados de nata enormes y magníficos, venden unas galletas… ¡Espectaculares! Crujientes pero a la vez con ese toque ¿”chewy”? (sinceramente, en español sería algo así como chicloso o gomoso pero creo que estas palabras tienen un significado demasiado negativo para describir algo que me gusta tanto), con grandes trozos de chocolate y frutos secos.

Estas galletas son un intento de las "Espirales de Nutella" que hizo Davinia de Cupcakelosophy, pero se le parecen más bien poco, posiblemente porque no refrigeré la masa una vez enrollada. En este caso lo único que hice fue untar con Nutella la masa, enrollar y cortar en rodajitas de poco menos de 1cm. Están muy buenas pero la próxima vez pondré más Nutella y apretaré un poquito más al enrollar.

Esta semana, para acompañar estas galletas, además de una taza de té rojo especiado (que contrasta muy bien con el dulce) os recomiendo la lectura de Viento del este, viento del oeste de Pearl S. Book, uno de mis libros preferidos desde que, hace muchos, muchos, años, me lo dio mi madre.

¡Un saludo y buen provecho!

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