jueves, 5 de septiembre de 2013

Coca de llanda. Receta tradicional

Coca de llanda. Se encuentra entre los recuerdos de mi infancia, sobre todo de los veranos, aunque mi abuela la preparaba durante todo el año. Se trata de una receta tradicional valenciana que recibe este nombre por el del molde en que se prepara: la llanda, que a su vez supongo que lo toma del material del que está hecho. Sería un interesante caso de estudio lingüístico jajaja. En casa las tenemos de diversos tamaños y la que hoy os traigo es para dar de merendar a una buena cantidad de gente. No obstante, se conserva bien durante cuatro o cinco días así que tampoco es un gran problema.



Esta la ha preparado mi madre, no os voy a mentir, y yo estuve bien atenta para poder hacerla más adelante, pero no quería dejar escapar una receta que, aunque como más me gusta es bien mojadita en chocolate en una merendola de invierno (y si es cerca de las navidades ya ni os cuento), me recuerda, como os decía, a los veranos de mi infancia, pues siempre echaba una mano a mi abuela rompiendo los papelitos de las gaseosas y mezclándolos o, cuando ya fui un poco más mayor, rallando la cáscara del limón para aromatizarla o llenando el vaso de este o aquel ingrediente.

 En la parte de atrás del chalet tenemos una mesa en la terraza al lado de la cocina y allí, con el batidor manual en ristre procedía a batir los huevos con una fuerza que yo nunca he conseguido igualar. Poco a poco añadía el resto de los ingredientes que, como buena receta tradicional, vienen en vasos y en "harina la que admita". Por supuesto no lleva levadura química, sino gaseosas. Tradicional como las que ya no quedan y de las que a mí, por aquello de ser un dulce que en cierto modo se hace a ojo, me infunde respeto. Una vez mezclaba la cáscara del limón y las gaseosas, que era el último paso, venía lo mejor, una costumbre que no puedo perder y que todavía conservo, pues si estoy en casa y mi madre hace una coca me llama para ver si todavía quiero "rebañar". Son pocas las veces que me resisto a este pequeño (y prohibido por aquello de que lleva huevo en crudo, por lo que supuestamente no puede hacerse) placer. Rebañaba el cuenco primero con la cuchara y cuando esta ya no podía acceder a los huequecitos no había nada mejor que las manos. Ahora rebaño hasta donde me permite la cuchara si la lengua de silicona, algo que entonces no teníamos en casa, me ha dejado algo. Ayudar a hacer una coca de estas me lleva, inevitablemente, a pensar en mi abuela y en lo que cocinaríamos y experimentaríamos las dos juntas pues, aunque se marchó pronto, fueron muchas las horas que pasamos en la cocina de su casa, ella preparando de todo para todos y yo a la espera por si podía ayudar en algo pero, sobre todo, por la recompensa final, primero el rebaño y luego el dulce: merengues, monas de pascua, magdalenas, dulces navideños... y muchas otras cosas más que quizás no recuerdo en este momento pero que están en la memoria gustativa de la familia, en la que existen muchísimos recuerdos de todo lo que ella preparaba en cada una de las fechas señaladas del año, cumpleaños... y todos los días, por supuesto. 

INGREDIENTES: 

  • 6 huevos
  • 2 vasos de azúcar
  • 1 vaso de aceite (girasol u oliva suave)
  • 2 vasos de leche
  • ralladura de limón
  • harina "la que admita" (algo más de 500 g aproximadamente)
  • 4 gaseosas de cada color

El PROCEDIMIENTO, paso a paso:

1. Se baten las claras a punto de nieve y se incorporan, a continuación, las yemas, batiendo hasta que integren bien. 
2. Añadimos el azúcar batiendo bien y, seguidamente, el aceite ligando la masa.
3. Vertemos los dos vasos de leche sobre la mezcla anterior hasta que esta se integre. A continuación, añadimos, poco a poco, la harina de forma que quede una mezcla homogénea.
4. Solo nos resta añadir la ralladura de limón y las gaseosas que previamente habremos mezclado bien y al horno*.

NOTA: * no puedo indicar la temperatura exacta ni el tiempo de cocción porque la cocimos en el horno de gas. Orientativamente podría ser a 180º unos 30-40 minutos (otro día os hablaré de este horno de gas, sencillo donde los haya, que me ha convencido de que el problema en la mayoría bizcochos no era yo, sino mi horno eléctrico que necesita una reparación urgente).

Saludos, ¡qué aproveche!

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