domingo, 12 de abril de 2015

Hoy cenamos en... Marinetta Mia

       Hoy nace una nueva sección en el blog: Hoy cenamos en... (o desayunamos, comemos o lo que sea) en la que os cuento los lugares que voy probando, aquellos a los que vuelvo una y otra vez o simplemente son curiosos. Esta vez no os lo cuento sola, sino que tendré un colaborador que me ayuda con las críticas, las fotos y a dejar bien limpios los platos de los restaurantes... se trata de mi pareja, siempre dispuesto a probar nuevos lugares y a descubrir otras cocinas. Sin más dilación, os contamos la cena que disfrutamos en el restaurante Marinetta Mia.

Marinetta Mía
     
        Para la celebración de mi cumpleaños escogimos este restaurante italiano casi de casualidad. En principio queríamos ir a otro sitio y, como coincidía con el fin de semana en que se celebra San Valentín, estaba todo reservado. Tuvimos suerte, en Marinetta tenían mesa, y la verdad es que quedamos muy satisfechos con esta elección.

          Situado en la Calle del Mar, una de las callejuelas que desembocan en la céntrica Plaza de La Reina de Valencia, este restaurante nos ofrece una gran variedad de comida italiana, aunque con una carta reducida, que hemos leído que se ajusta a la temporada.

          El local nos recibe con un gran dibujo en tiza con el mapa de Italia donde aparecen reflejadas las procedencias de los diversos productos típicos. Justo debajo, una selección de algunos de estos productos está expuesta al público. La luz del local nos invita a sentirnos como en casa y a crear una sensación de individualidad en cada mesa, a pesar de lo juntas que están. Los camareros son muy atentos y amables y el servicio muy bueno, preocupándose constantemente por nosotros y resolviendo cualquier duda que nos surgió. La decoración se centra básicamente en el uso de libros de cocina italiana y de productos, naturales y artificiales, del país.

          Aunque sabíamos el tipo de comida que Marinetta Mia ofrece, nos costó un buen rato decidir cómo preferíamos organizar el menú: si a base de antipasti, cuya carta es muy amplia pues incluye ensaladas, además del habitual carpaccio o caponata sicialiana, o bien una focaccia para compartir y un plato de pasta o alguna de sus numerosas pizzas, o incluso, alguna de sus tagliatas, cortes de carne de ternera asados a la piedra, cuya pinta era muy apetecible cuando las vimos desfilar hacia mesas contiguas.

         Al final nos decantamos por una selección de antipasti (caponata, carpaccio y flores de calabacín rellenas), pizza a la crema de trufa negra, postre y un magnífico cortado de tres colores.

En primer lugar, una caponata siciliana que prácticamente se convirtió en la estrella de la noche por su intenso sabor, en el que todos los ingredientes combinaban a la perfección entre ellos, a partir de los contrastes dulce y salado de sus componentes.




A continuación, carpaccio de solomillo de ternera con aceite de oliva, limón, rúcula y parmesano de 30 meses. Otro plato que no nos decepcionó: el carpaccio tenía el grosor adecuado, el sabor era intenso y complementaba bien al de la carne. La rúcula y el limón acaban de redondear los sabores del plato.




El último antipasti que nos sirvieron fueron las flores de calabacín rellenas de mozzarela y anchoas. Frente a los anteriores este resultó bastante decepcionante: mucho rebozado, del que podemos señalar que estaba bueno, y poco relleno, lo que descompensaba el sabor, pues las anchoas, que generalmente dominan sobre otros sabores, apenas se percibían, y la mozzarela más bien escasa, dejando demasiado aire en el interior de la flor.




En este momento, cuando teníamos los tres antipasti sobre la mesa, nos dimos cuenta de que las mesas era quizás un poco pequeñas, ya que no cabía bien todo a la vez. 

El plato principal, fue una pizza para compartir de tamaño nada desdeñable que cumple lo que promete, una masa fina y crujiente espectacular, con muy buen sabor. Era una Valentina, cuyos ingredientes son salchicha, cebolla y crema de trufa negra. Este último ingrediente predominaba sobre el resto de sabores, por lo que si no os gusta en exceso, es mejor que escojáis otra pizza entre la variedad que ofrecen. La masa estaba buenísima: a lo largo de la carta, tanto en pizza como focaccia presumen de que están elaboradas con masa madre y de su gran calidad. Lo cierto es que no nos decepcionó.




       El postre, una tarta de chocolate que estaba buena pero no al nivel del resto de la cena, no destacaba en ningún aspecto, a pesar de su buen sabor. La podéis pedir sin problema, no es un mal postre y cabe aclarar que somos muy exigentes con los dulces, en mi caso sobre todo con los de chocolate.




Después de estar viendo pasar pequeños vasos tricolores durante toda la cena, preguntamos al camarero qué tipos de café tenían y nos comentó que elaboraban un cortado de tres colores, con una buena capa de espuma. No pudimos resistirnos. Muy buen café.


Valoración general:

     El sitio cumplió nuestras expectativas y nos dejó muy buen sabor de boca. Repetiremos.

Nota:
   
     8’5 /10
<(^_^<) ^(^_^)^ (>^_^)>


Precio medio: 

     15-20€ por persona.  

Ubicación y página web:


Carrer del Mar, 3, València


Os animo a visitarlo y que nos dejéis vuestra opinión,

Caleidoscópica y Myrtaro.

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